Es punto de encuentro entre dos continentes -África y Europa- y entre dos mares -el Mediterráneo y el océano Atlántico-, objeto de disputa entre dos países -España y el Reino Unido-, pero también el hogar de 30.000 habitantes que hablan un dialecto único, de los únicos monos en libertad de Europa, de uno de los aeropuertos más peculiares del mundo y sobre todo es un lugar de encuentro de culturas.
Este sábado 13 de julio se cumplen 300 años del tratado por el que España cedió Gibraltar a Reino Unido.
El enclave de alrededor de 600 hectáreas de extensión –poco más del doble de Central Park de Nueva York- pasó a manos británicas en 1713, cuando España lo cedió por el del Tratado de Utrechtt, que puso fin a la larga Guerra de Sucesión y llevó a los Borbones a la corte de Madrid.
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